El gobierno argentino expresó su “seria preocupación por los hechos ocurridos en la Iglesia Católica de la Sagrada Familia, en la Franja de Gaza”, en los que resultó herido el padre Gabriel Romanelli, ciudadano argentino y párroco de dicha comunidad.
A través de un escrito, Cancillería aseguró que el gobierno de Javier Milei transmitió “su preocupación a las autoridades del Estado de Israel, y confía en que se brindará la asistencia necesaria al padre Romanelli, así como a los miembros de la comunidad afectada”.
La administración libertaria reiteró su llamado “al pronto restablecimiento de las condiciones que permitan la paz y la seguridad en la región”, y reafirmó “su compromiso con la protección de los lugares de culto, el personal religioso y el respeto a la libertad de religión”.
Las autoridades resaltaron que “el resguardo de los civiles y de las instalaciones religiosas y humanitarias constituye un principio esencial del derecho internacional humanitario, que debe ser plenamente observado por todas las partes involucradas”.
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