Un club anunció la continuidad de su utilero y se hizo viral por los mensajes de odio por su aspecto: la lección de vida que compartió

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García, protagonista inesperado de las redes sociales

La renovación de Pedro García como utilero del Unión Molinense se transformó en un fenómeno viral que superó cualquier expectativa dentro del fútbol español. Lo que comenzó como una publicación en redes sociales para anunciar la continuidad de García, conocido como Perico, derivó en una avalancha de reacciones: primero, una oleada de comentarios ofensivos sobre su aspecto físico y, después, una respuesta masiva de apoyo y reconocimiento que lo ha convertido en símbolo de resiliencia y aprecio. Según datos recogidos por La Verdad y Marca, la noticia ha superado los diez millones de visualizaciones en redes sociales en apenas dos días, situando a Perico y al Unión Molinense en el centro de la conversación pública sobre el acoso y la dignidad en el deporte.

La publicación original del club, que pretendía destacar la labor diaria de su utilero, pronto acumuló decenas de miles de interacciones. “Pedro García, tras más de una década de entrega y pasión por nuestro escudo, continuará una temporada más como utillero del Tercera RFEF”, rezaba la publicación original.

Usuarios anónimos aprovecharon la exposición para lanzar comentarios despectivos sobre el físico de García, centrados en su pelo largo, tatuajes y piercings. Frente a estos ataques, la reacción de Perico fue de entereza: “La gente te ve con el pelo largo, tatuajes o piercings y ya te ponen un cartel. Este tipo de cosas no te tienen que afectar. Si te afecta lo que la gente diga de ti, te estás metiendo en su laberinto”, expresó en conversación telefónica con La Verdad. García optó por no entrar en polémicas y agradeció públicamente el apoyo recibido: “Muchísimas gracias a todas las personas que me habéis mencionado por todos vuestros comentarios, de verdad”, escribió en las redes del club, según recogió Marca.

El club compartió los mensajes de apoyo al utilero

La respuesta social no tardó en imponerse a los mensajes de odio. Desde distintos puntos de España, aficionados y profesionales del fútbol modesto se volcaron en mensajes de cariño y reconocimiento hacia Perico, reivindicando la importancia de figuras como la suya en la estructura de los clubes. “Todavía no me lo termino de creer. Los comentarios de mis compañeros, que decían que tengo que estar ahí de por vida, son increíbles”, confesó García, emocionado, a La Verdad. El club defendió a su utilero con contundencia: “Habéis hecho viral a la persona correcta”, sentenció el Unión Molinense en un comunicado posterior.

“Nuestro utillero, Pedro García, se ha hecho viral, pero más lo sería si conociérais su gran labor y corazón. Desde el club denunciamos algunos comentarios desafortunados y agradecemos los muchos mensajes de apoyo que ha recibido”, subrayó la institución.

El perfil humano de Pedro García se ha forjado a lo largo de más de una década de dedicación al club de Molina de Segura. Llegó a la localidad murciana desde Blanes, Girona, tras la muerte de su padre, y desde los once años ha hecho de la región su hogar. Su vida transcurre entre las tareas domésticas y la preparación del material deportivo, una labor que realiza con una entrega que roza la obsesión. “Si falta un balón, no paro hasta encontrarlo. Soy muy cabezón”, relata con humor. No es raro verlo en el estadio Sánchez Cánovas a primera hora, en busca de algún balón extraviado durante la noche. Su hiperactividad y sentido del deber han generado anécdotas entrañables, como cuando desmontó ejercicios completos por error, para desesperación cariñosa del técnico Juanvi López.

El aprecio de sus compañeros y entrenadores es unánime. Juanvi López, entrenador del primer equipo, lo describe como “excelente como persona” y subraya su capacidad para sumar en cualquier circunstancia: “Sería una pérdida enorme para el Molinense que algún día no estuviera”. El vínculo de Perico con los jugadores también es especial, en particular con el exguardameta Gabri López, quien lo considera “como un hermano” y destaca su sentido del humor y su entrega: “Siempre tenía preparado algún chiste para animar al grupo. Aunque ya no estoy allí, seguimos hablando varias veces por semana”, relató a La Verdad.

La repercusión del caso ha puesto en primer plano la figura del utilero, un rol esencial y habitualmente invisible en el fútbol modesto. Perico representa ese engranaje silencioso que sostiene el día a día de los clubes, más allá de los focos y la notoriedad. Su dedicación ha trascendido el ámbito local y ha situado al Unión Molinense en el mapa nacional, aunque para él lo fundamental sigue siendo el trabajo cotidiano y el bienestar del equipo. “El Molinense es parte de mi vida. Es lo que me hace feliz”, afirma.

En medio de la atención mediática, García ha querido agradecer el apoyo recibido y ha compartido su mayor aspiración: que su paso por el club se recuerde por su entrega y por contribuir al crecimiento del equipo. Su sueño es acompañar al Unión Molinense en un ascenso, convencido de que la verdadera huella se deja en el trabajo bien hecho y en el afecto de quienes comparten el día a día.

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