Una figura del fútbol alemán debió irse del Bayern Múnich luego de que lo acusaran de misógino: “No hay lugar para villanos”

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Una figura alemana fue expulsada por los hinchas del Bayern Múnich (Macdougall/Pool via REUTERS)

La presión ejercida por los hinchas del Bayern Múnich llevó a Jerome Boateng a abandonar su proceso de formación como entrenador en el club alemán, una decisión que el exdefensor justificó al afirmar que no deseaba “perjudicar al club”, según comunicó en su cuenta oficial de Instagram. La reacción de los seguidores se produjo tras la reaparición de acusaciones de misoginia y dos denuncias de violencia de género que involucran al excampeón mundial con Alemania en Brasil 2014.

Boateng, quien integró el plantel del elenco de Múnich durante una década y también jugó en equipos como Manchester City, Lyon y Salernitana, había sido invitado por la institución bávara para iniciar su carrera como entrenador, colaborando como asistente de Vincent Kompany, actual director técnico del club.

Sin embargo, la iniciativa generó un rechazo inmediato entre los hinchas, quienes exigieron a la dirigencia que estableciera límites claros frente a la violencia misógina. Durante un partido en el Allianz Arena, se desplegaron pancartas con mensajes como “no hay lugar para villanos en nuestro club, no más espacio para Boateng”, reflejando el descontento de la afición.

La controversia que rodea a Boateng tiene su origen en dos denuncias de violencia de género presentadas por exparejas. Sherin Senler lo acusó de haberla agredido físicamente durante un viaje al Caribe en 2018, alegando que fue golpeada y mordida en el rostro. Por este hecho, en 2021, Boateng fue declarado culpable y condenado a pagar una multa de 1.8 millones de euros. Tras apelar la sentencia, la condena fue ratificada en 2022, aunque la sanción económica se redujo a 1.2 millones de euros. Posteriormente, en 2024, un nuevo juicio concluyó con un veredicto de “culpable de lesiones corporales simples intencionales”, estableciendo una multa final de 200.000 euros.

Boateng, durante el proceso judicial (REUTERS/Leonhard Simon)

El caso de Kasia Lenhardt, la otra expareja de Boateng, adquirió notoriedad tras su fallecimiento en febrero de 2021. La modelo de 25 años fue encontrada muerta en su departamento de Berlín, una semana después de anunciar públicamente su separación del futbolista. En ese periodo, Lenhardt declaró haber sido víctima de “malos tratos”, mientras que Boateng sostuvo que ella lo había amenazado con una “falsa denuncia por violencia” con el propósito de dañar su carrera profesional.

La investigación sobre posibles lesiones sufridas por Lenhardt fue reabierta, pero la fiscalía de Múnich cerró el caso en marzo de 2025 al no hallar pruebas suficientes para formular cargos contra Boateng. Durante el tiempo transcurrido entre la ruptura y su muerte, Lenhardt también manifestó que la relación terminó debido a “las infidelidades constantes y las mentiras” del jugador.

La carrera profesional de Boateng comenzó en 2007 con su debut en la Bundesliga vistiendo la camiseta del Hertha de Berlín. Sin embargo, su etapa más exitosa se desarrolló durante los diez años que permaneció en el Bayern, donde acumuló un palmarés sobresaliente: dos Champions League, nueve Bundesligas y cinco Copas de Alemania. Su vínculo con el club bávaro concluyó en 2021, tras una década de logros colectivos e individuales.

Posteriormente, el defensor alemán continuó su carrera en el Olympique de Lyon y en la Salernitana de Italia, antes de recalar en el Linzer ASK de Austria. Con este último equipo, Boateng rescindió su contrato, que tenía vigencia hasta agosto de 2026, tras haber disputado únicamente 14 partidos.

En el ámbito internacional, Boateng defendió la camiseta de la selección alemana en 76 ocasiones entre 2009 y 2018. Además del título mundial en 2014, el zaguero también formó parte del equipo que se consagró campeón en la Eurocopa Sub-21 de 2009.

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