La rescató una lavandera y estuvo 40 años guardada: la asombrosa historia de la icónica camiseta de Maradona que será subastada

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Maradona y la camiseta desgarrada tras la final. Así fue preservada hasta hoy

A pesar de haber dejado el plano terrenal hace casi cinco años, la leyenda de Diego Maradona sigue inventando récords. Una camiseta suya de la selección argentina, la que utilizó en el épico triunfo ante Inglaterra por los cuartos de final del Mundial de México 86, es el artículo relacionado con el fútbol subastado por la cifra más onerosa: 9.280.000 de dólares. Representa la tercera pieza de colección deportiva más cara, detrás de una casaca de Michael Jordan utilizada en las finales de la temporada del “Last Dance” (10.100.000 de dólares) y una camiseta del beisbolista Babe Ruth de la Serie Mundial de 1932 (USD 24.120.000).

Las gemas que pertenecieron a Pelusa son de los tesoros más buscados. Y el 28 de octubre reverdecerá el frenesí de los fanáticos, porque un lote de camisetas únicas usadas por Diego en Barcelona, Argentinos, Napoli, Boca, y hasta en el Showbol y en su participación en los torneos de fútbol del programa Ritmo de la Noche, saldrá a subasta a través de la plataforma Matchday Football Auctions. La puja durará un mes: también contará con otros objetos que fueron parte de la vida del ídolo.

Aunque hay una casaca que ya se transformó en la joya del paquete. En realidad, está incompleta: le falta un jirón, y ese detalle la hace aún más valiosa, porque habla de la historia que cobija: la de una de las peleas más alocadas y sangrientas dentro de un campo de juego, que tuvo al Diez como protagonista, y que le puso punto final a su estancia en el Barcelona. Es que, por su intervención, recibió una suspensión de tres meses.

Se trata de la camiseta que utilizó en la “batalla del Bernabéu”, la final de la Copa del Rey de 1984 ante el Athletic Bilbao. Los antecedentes sugerían un duelo efervescente, pero no al nivel de lo que sucedió en el césped.

Recién consagrado bicampeón de la liga española y con la ambición de lograr el doblete esa temporada, al rival culé lo dirigía Javier Clemente, técnico célebre por su perfil polémico y el énfasis extremo en el pragmatismo. Años después llegó a comandar a la selección española en el Mundial de Estados Unidos 1994. Entre los futbolistas rojiblancos figuraba el recio Andoni Goikoetxea, conocido por haber lesionado gravemente a Pelusa. También había sido el verdugo de Bernd Schuster.

De hecho, Andoni guardó para la posteridad el botín que utilizó para fracturar el tobillo izquierdo de Maradona en la cuarta fecha de la Liga 1983/84. Antes del encuentro, Clemente había declarado: “Maradona es un imbécil”. El Diez lo desafió: “No tiene los huevos para decírmelo en la cara». Y César Luis Menotti, orientador de los culé, anticipó que los roces podían irse de protocolo: “Estamos preparados para jugar en cualquier terreno, incluso en el de la violencia”.

En lo estrictamente deportivo, aquel día el Athletic Bilbao se impuso por 1-0 con gol de Endika a los 14 minutos del primer tiempo. Sin embargo, lo que para siempre quedará en la memoria de los hinchas será el violento cruce del final.

El cortocircuito que terminó de generar el estallido fue entre Maradona y el Chato Núñez. Un corte de mangas derivó en un cabezazo del astro y en la intervención de Miguel Sola desde el banco, quien recibió un rodillazo. A partir de allí, la hecatombe. Patadas dignas de una película de artes marciales, cortes y lesiones. Una escena dantesca.

El book de fotos de la camiseta, con las marcas de la batalla

“Todos vinieron hacia mí y pasó lo que tenía que pasar. No hubo patadas alevosas. Todos fuimos de frente”, aclaró Diego, quien quedó con heridas en las piernas. “Fue una gran pena. Aquello pasó porque Maradona se enojó y se enzarzaron a palo limpio. Eso son cosas del fútbol y de cuando uno se enoja y no sabe perder. Unos montan un número y otros montan otro. A Maradona le dio por pegarle a un jugador nuestro y el equipo fue a defenderle. Eso suele pasar en el fútbol, que empiezan a pegarse dos y acaban los 22″, volvió a hablar Clemente sobre el caso hace cuatro años.

Pues bien, esa camiseta, con las marcas de la batalla, es la que saldrá a subasta en el lote. “La historia de una camiseta de un momento memorable en la antesala del surgimiento del Diego más brillante, el Diego Dios”, presenta la pieza Matchday Football Auctions. Es que, de alguna manera, aquel conflicto y los tres meses de suspensión terminaron de empujar al mágico enganche a llevar sus hechizos a un lugar donde fueran apreciados. Y el Napoli le abrió la puerta del firmamento.

La camiseta presenta una rotura en el cuello y un corte horizontal producto del forcejeo en la trifulca desatada al finalizar el encuentro. También presenta desgarros y el corte del borde del cuello. Estas roturas hacen singular a la camiseta usada por Diego, ya que el desgarro en la tela, el recorrido y la forma de éste son garantía de autenticidad, más allá de la historia que encierra y representa y que coloca a esta camiseta como una de las más icónicas en la historia del 10″, describe la casa de subastas.

Ahora bien, ¿cómo llegó la casaca a remate? “La camiseta fue recogida en el vestuario por una lavandera del staff de utilería del club. Ante la imposibilidad de repararla la conservó como recuerdo de aquel evento. Años después, le obsequió la camiseta al padre del actual propietario, un hombre que administraba un bar frecuentado por empleados culés. Esta joya permaneció en la familia cuatro décadas, hasta que su propietario decidió ponerla en subasta. El fútbol recupera una pieza de museo sin igual que pronto encontrará nuevo hogar”, relata la firma, que se dedica a la subasta de memorabilia de fútbol, y envió a España un representante para comprobar el dato de la perla que podía rescatar.

Testigo mudo de una de las batallas más recordadas en un campo de juego, ahora será tironeada, pero por los oferentes.

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